sábado, 13 de abril de 2013

De rutas con papuchi...

Ya había avisado durante la semana que buscaba una ruta con una buena cantidad de kilómetros para el fin de semana y uno tras otro, los alpujarreños recién convertidos al asfalto fueron buscando excusas y rajandose, así que a las 7,15 de la mañana tan sólo Pepe (El Líder sobre todo, últimamente papuchi...) y servidor arrancamos desde la Repsol de Ca n'Oriac con intenciones de meternos una buena kilometrada en el cuerpo.

Aunque la previsión era de buen tiempo, y la mañana estaba despejada, a primera hora hacía un frescor primaveral que obligaba a la utilización de manguitos y chaleco, y yo que iba con guantes cortos, hasta que no llegamos a Calders, eché de menos los largos.

El líder no había entrenado en toda la semana y durante las dos primeras horas se sacó el mono a base de mover desarrollo y en algunos momentos decidí dejarlo ir por delante algunos metros, que habíamos planificado una mañana larga y los excesos se podían pagar más tarde.

Pasando kilómetros y pueblos (Castellar, St. LLorenç, Monistrol de Calders, Calders, Artés) nos plantamos en Avinyó, donde habíamos previsto parar a almorzar, después de rebuscar por el pueblo finalmente nos quedamos con la primera opción, un bar a la entrada del pueblo con una terraza... a la sombra, así que al final nos metimos dentro para reponer fuerzas y no enfriarnos demasiado. Tras la parada encaramos la mejor parte de la ruta, el camino hasta L'Estany, 20 kilómetros de carretera paralela a l'Eix Transversal, que precisamente por esta circunstancia tiene menos tránsito que las autopistas radiales de Madrid, y desde la que se pueden divisar buenas vistas al Pirineo y al Lluçanés.




Llegamos a L'Estany, punto más alto de la ruta (880 metros, más alto que el Coll d'Estenalles) dónde paramos a recargar agua en la fuente situada a la salida del pueblo e iniciamos el retorno a casa por la C-59


Pasado Castellterçol, en una subida intercalada hasta una gasolinera, el Líder comenzó a dar señales de que comenzaba a pagar los excesos de primera hora. Sin embargo, dispuesto a alargar el dia, cuando llegamos a Sant Feliu de Codines, tomó las riendas de la ruta (cómo no...) para bajar hacia Bigues i Riells y Lliça de Vall, y volver a Sabadell por la C-155 en la que los diversos repechón -es hicieron mella en nuestras ya castigadas piernas.

Una buena mañana de ciclismo de carretera, 140 kms y 5 horas y media de pedaleo...

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