Estuve la semana pasada en Holanda, un país que no había visitado antes.
Ciertamente en ciertos aspectos es algo parecido a un paraíso ciclista, casi todas las calles y carreteras tienen sus carriles bici bien señalizados y en muchos casos separados de las carreteras, los coches respetan a las bicis, que tienen prioridad en todas las rotondas y cruces. Por las mañanas se pueden ver "pelotones" de todo tipo (estudiantes, trabajadores, amas de casa...) circular plácidamente hacia sus destinos...
Pero cómo todo paraíso tiene su lado oscuro. La zona que visité (Amsterdam-Eindhoven) es total, completa y absolutamente llana, los mayores desniveles son los montículos hechos para las entradas y salidas de las autopistas. No podía evitar pensar en que tipo de salidas se podrían hacer en mountain-bike: inacabables rutas por caminos llanos embarrados (y probablemente bajo la lluvia), ni una misera trialera que hacer, ni un mínimo descenso que bajar, creo que hasta echaría de menos una subidita para echar algún pique... Creo que el paraíso se acabaría convertiendo en infierno, vaya coñazo de salidas! Tal vez por ello, de las miles de bicicletas que ví, creo que el 99% eran las típicas y tranquilas bicis holandesas de paseo...
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