Con dudas sobre hacia dónde iba a discurrir la ruta y aunque Miguel intentó liderar, obviamente el Líder se impuso para iniciar la ruta en dirección a St. Quirze, pasando bajo la C-58 tras pasar junto al Hospital de Terrassa, tras pasar junto a las urbanizaciones subimos hacia la Serra de Galliners, por algunos senderos un tanto técnicos que hacía que algunos componentes se preguntasen sobre el porqué pasar por trialeras precisamente hoy que no venía David Amate (aka el Crónicas, o el Karateca).
Una vez llegamos arriba fuimos en dirección a St. Cugat y tras entrar junto a RTVE y cruzar el pueblo iniciamos la clásica subida en dirección a St. Medir, al llegar a Can Borrell, sin embargo iniciamos un camino alternativo para acabar en la carretera de la Arrabassada, poco antes hicimos la parada para comernos los bocatas (barritas en mi caso), mientras tanto un lugareño apareció con un pequeño chivo cómo mascota para deleite de Miguel que no dudó en hacerse fotos con la peculiar mascota.
El chivo "expiatorio"?
Hora de bocata y los del Rio se montan el cuento de la lechera con absorciones imposibles...
Las máquinas también merecen su descanso...
Tras acabar de subir hasta la Font Groga iniciamos lo mejor de la ruta, tras llanear un rato por la Carretera de les Aigües comenzamos a bajar en dirección Cerdanyola, un buen tramo por un sendero tipo "tubo" (con mucha vegetación a ambos lados) que hizo las delicias de todos los asistentes, un buen senderito liderado por Agustín que se le nota que le tiran las trialeras, cómo a David Cabrera, que me fijé que siempre circulaba entre los 3 primeros, un fichaje de nivel, además de ser un tipo discreto y sagaz cómo demuestra habiéndose pasado al club 29er...
Tras alcanzar Cerdanyola iniciamos el tramo favorito de los Alpujarreños y que dá nombre a la entrada de hoy, así que mientras subiamos junto al Ripoll, LOS DEL RIO pudieron comenzar a entonar sus grandes éxitos cómo la Macarena, Sevilla tiene un color especial, circulando por sus caminos favoritos, además con Agustín y Miguel apretando el paso por encima de los 25 kms/h.
Para acabar me presté a dar unas lecciones rápidas (y gratuitas) de mecánica y en menos de 10 minutos le cambiamos las pastillas de freno traseras a Miguel (y puedo dar fé que ya le tocaba cambiarlas...)
En fin una buena y variada ruta de más de 57 kms.
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