Era cuestión de tiempo, y cuando finalmente me dí cuenta que podía jugar al Tetris con dos bicis en mi mini patio de 1 m2 si les quitaba la rueda delantera, comencé desesperadamente a buscar una flaca con la que pasearme por el negro asfalto.
Tras darle vueltas a una decisión tan trascendente, bucear por docenas de tiendas, sitios web, revisar los catálogos de cientos de marcas y darle miles de vueltas a los desarrollos, los grupos, las ruedas, al carbono y al aluminio, tentativas frustradas con bicis como Scott CR1, Orbea Onix, Felt F5, Conor WRC... finalmente encontré en el proceloso mundo del mercado de ocasión la bici que colmaría mis expectativas ruteras. Un conocido de un conocido del amigo Marc Gascón vendía una maravillosa, ligera, aerodinamica y estilosa Trek Madone 4.5 (Trek, ganadora de 9 de los últimos 11 Tour de France, cómo dice la publicidad It Must Be The Bike!!) en bastante buen estado (menos de un año) y a un precio razonable.
El pasado finde estrenamos el pepino junto a Marc que ha pasado un proceso similar al mío, aunque el finalmente ha subido el listón hasta llegar a una Lapierre Sensium equipada con Ultegra, brand new, of course.
Las experiencia similar a la ya comentada en alguna otra entrada del blog (King of the Road) aunque mejoradas gracias a unos desarrollos razonables y a unos materiales de mayor calidad. En resumen os invito a todo aquel que quiera a que se una a probar el lado liso del ciclismo, y aunque por supuesto jamás renegaré de los origenes (MTB for ever!) si que a partir de ahora diversificaré mis esfuerzos entre el polvo y el alquitrán...
P.D: Sobre todo teniendo al repechonero David convaleciente de su operación, que mientras no se ponga sobre la bici de nuevo, nos veo a Marc y a servidor subiendo puertos en cadena... Nos espera un invierno rutero.
A los pedales!
